Son muchas las empresas que en los últimos años han incorporado estrategias para convertirse en sostenibles, a través de la reconversión de sus procesos hacia la energía renovable. Este mismo objetivo es el que motivó al gigante de Internet, Google, a comenzar un proceso para operar al 100% con energía renovable y convertirse en “el mayor comprador corporativo de energía renovable del mundo”, en 2017. Sus compromisos alcanzan ya los 2.600 megavatios de energía eólica y solar y hoy en día los centros de datos de Google usan solo la mitad de la energía que otras empresas de la industria. En Estados Unidos, todos los centros de datos han recibido las certificaciones voluntarias de sistemas de gestión ISO 14001 y OHSAS 18001, convirtiéndose en la primera gran empresa de tecnología en recibir este tipo de certificaciones externas.
A finales de 2016, la empresa hizo públicas 10 de las acciones que hacen que la multinacional de buscadores en Internet más conocida del mundo sea más sostenible:
El consumo eléctrico, además de ser un gasto, impacta de manera directa en el medio ambiente en emisiones de dióxido de carbono que se dirigen a la atmósfera. Google, que siempre ha apostado por minimizar el impacto ambiental, ha revelado sus datos y, según podemos comprobar, sus centros de datos llegan a consumir el 1% de la energía eléctrica consumida por todos los centros de datos del mundo. Si bien es cierto que Google usa energía sostenible para sus centros de “big data” y, por lo tanto, las emisiones se ven reducidas desde que se han implantado procesos de desarrollo sostenible.
Pero el uso de Google no se limita solo a los centros de datos, eso es solo el principio de su actividad como empresa. Google se consume en nuestros ordenadores, en nuestras tablets e incluso en nuestros smartphones. Es quizás por eso que el uso de energía que Google nos hace consumir va mucho más allá de la que ellos usan, y como consecuencia, muchas de las veces no sabemos si la energía que estamos empleando proviene de fuentes energéticas sostenibles como las que Google emplea o no.
El Doctor Alex Wissner-Gross, de la Universidad de Harvard, asegura que realizar un par de búsquedas en Google genera tanto CO2 como hervir una tetera, 7 gramos por cada consulta. Resultaba menos contaminante cuando se consultaba la enciclopedia años atrás. Aunque también es cierto que Google nos esta ayudando a reducir la emisiones en otros campos, como por ejemplo, en el caso de los antiguos DVD’s. Las emisiones de CO2 emitidas por un DVD equivalen a ver Youtube ininterrumpidamente durante 3 días. Eso está muy bien, el problema es que el DVD costaba dinero, pero Youtube es gratuito y accesible a cualquier hora y por cualquier usuario con acceso a la red.
Cada vez somos más personas y cada vez queremos más Internet. Tanto es así que la reducción en emisiones que ha generado Google “personalmente” en los de centros de datos y en otros ámbitos, ya no son suficientemente ágiles para poner freno al consumismo desenfrenado del Internet doméstico y, consecuentemente, de la energía eléctrica. Está en nuestras manos hacer un uso prudente de esta herramienta tan accesible para poder contribuir así, a un futuro más sostenible para todos.
Gal·la Millán y Marta Camins